No. 071 DESCANSO-RECUERDOS-PELICULAS
- milbreuster
- 5 jul 2024
- 3 Min. de lectura
REPOST DE MI ANTIGUO BLOG, DE FECHA 13 DE OCTUBRE DE 2016
De repente el tiempo va pasando y, al menos a mí, me da la impresión que lo hace demasiado rápido. Es un verdadero misterio esa sensación de que “el tiempo pasa volando”, esto ha llevado a estudiosos del tema a indagar sobre este particular, ejemplo de ello los doctores Marc Wittmann y Sandra Lenhoff, Psicólogos de la Universidad de Ludwig Maximilian en Munich, Alemania.
Me acuerdo de jovencito allá en mi natal y querida Valera, “La Ciudad de las Siete Colinas”, del Estado Trujillo; todo el revuelo que se armó cuando llegó la televisión; hasta ese momento la diversión, el pasatiempo era entre otras cosas: paseos a los ríos, a los pueblos vecinos (Escúque, los baños termales de Motatán, la Puerta, La Lagunita, etc.), oír las emisoras de radio (Valera y poco después, Turismo, en el 1964), era parte del pasatiempo de jóvenes y adultos; también lo era el cine, existían cuatro (Libertad, Valera, Cinelandia y Bellavista), me acuerdo de las películas mexicanas y sobre todo “las series”, donde “el Mozo” nunca moría.
No me acuerdo exactamente la fecha, pero si recuerdo cuando mi padrino el Dr. José Antonio Espinoza Lares llegó con un tremendo cajón (un televisor) y una antena grandota a casa de su mamá, Doña Ángela, mi madrina, que vivía en Santa María (caserío ubicado a cinco kilómetros de Valera, vía Mendoza Fría), y lo colocó encima de su carro, que estaba estacionado debajo de un enorme árbol de tamarindo frente a la Siempreviva, casa donde vivíamos, lo trató de instalar, pero como no se veía, nosotros los muchachitos cargábamos esa antena de aquí para allá y de allá para acá, pero la señal no llegaba. Parece que fue ayer, como dice la canción. Ja, ja, ja¡¡¡
Todo esto viene a que ayer, en la tarde y parte de la noche me dediqué a ver televisión y recordaba esos episodios vividos en mi infancia. Ahora cómodamente en mi habitación en un Canal de televisión por cable, vi nuevamente una vieja película de “vaqueros” como le decíamos los muchachos, pero que en realidad fue considerada una obra maestra de lo que se conoció como “spaghetti western”, “Erase una vez en el Oeste”, película italiana del 1968; cuyo “mozo” (protagonista) era nada más y nada menos que Charles Bronson y lo acompañaban los famosos artistas: Henry Fonda, Jason Robards, Claudia Cardinale y Gabriele Ferzetti en los papeles principales. Su nombre original, en italiano, es: “C’era una volta il West”; y en España le dieron el nombre de: “Hasta que llegó su hora”
Después me deleité con otra película, catalogada por la crítica especializada del momento como de suspenso; pero que yo la metería como policial, del año 1.974, que nosotros la conocimos como: “El Vengador Anónimo”, donde “el mozo”, en este caso negativo, también era Charles Bronson. En España la vieron como: El Justiciero de la Ciudad”.
Aclaro: Allá en mi pueblo le decían al protagonista de las películas: “El Mozo”, no sé de dónde salió esa denominación y por qué?
Al final de esta bonita jornada me dije:
- Estas si eran películas, bueno al menos para mí.
- Confirmo que el tiempo pasa volando y para nosotros simples mortales, lo que nos queda es eso: RECUERDOS, y que como dijo el poeta italiano Marco Valerio Marcial: “Poder disfrutar de los recuerdos de la vida, es vivir dos veces”.
Caracas, 13 de Octubre del 2016
MILTON R. ABREU A.
Coronel Ejército Siglo XX





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