No. 098 Y LLEGARON LAS NAVIDADES…
- milbreuster
- 16 dic 2024
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Actualizado: 18 dic 2024

Para mí y para gran parte de los venezolanos, la llegada del mes de diciembre y con él la Navidad, nos llena de entusiasmo, emoción, alegría y esperanza, así como a otros les produce sentimientos encontrados.
Como es un mes de evocar recuerdos de lo vivido, en este caso me voy a referir a como las pasamos todos los que como yo, nos criamos en el interior del país, en una época en la que no había en nuestros pueblos los medios de entretenimiento que tienen nuestros niños ahora. Así que nos toca rememorar aquellos tiempos donde no teníamos televisión ni teléfono y mucho menos celular, computadora, laptop, Tablet, etc. por lo que los niños de aquel entonces nos entreteníamos con los tradicionales juegos y costumbres propias de la época.
En mi querida Valera, donde nací y específicamente en Santa María y Agua Clara donde me crie, este mes era muy especial para la muchachada. Recuerdo, entre otras cosas, a inicios de diciembre, el viaje que hacíamos para un cerro bastante alto frente a nuestra casa la “Siempreviva” a buscar musgo y una arena blanquecina que mamá Tarcila, utilizada en la elaboración del nacimiento, que siempre era muy grande y resultaba una verdadera obra de arte; igualmente hacíamos el arbolito, donde se colocaban todas las tarjetas de navidad que se recibían.

Ya para este mes nuestro conjunto de gaitas y aguinaldos “Los Juveniles”, que conformábamos los muchachos vecinos: Nelson Simancas, Eugenio Garrido (QEPD), Alfredo Lobo, Darío Gómez, Fidel Pulido. Perucho Rangel, Carlos Arismendi, las hermanas Figueredo (Belkis y Dilcia) y yo, estaba completamente activo y éramos tan buenos que hasta nos presentamos en “Radio Valera”.
Las festividades propias de navidad comenzaban el día 16, con la salida a las calles a pedir “dame mi aguinaldo”, (aguinaldo es un regalo que se da en Navidad o en la fiesta de la Epifanía). Ese mismo día comenzaban los “juegos de aguinaldos”, que se extendían hasta el 24, entre ellos me acuerdo de “pajita en boca” y “el beso robado”.
También ese mismo día, se iniciaban en las Iglesias de Valera, las 9 Misas de Aguinaldos, que se hacían a la cinco de la madrugada, excepto la última llamada “Misa de gallo” el día 24 a media noche, para conmemorar el nacimiento del Niño Jesús. Estas misas representaban los nueve meses de gestación de la Virgen María. Un dato importante que quiero resaltar es que el papa León XIII, quien ejerció el papado por 25 años (1878-1903) aprobó los llamados “cantos de parranda” en estas misas, lo cual nos convertía en el único caso a nivel mundial que permitía cantos de aguinaldos durante estas misas de Navidad. Después de la misa venían las famosas patinatas y la música de los conjuntos en la avenida Las Acacias de Valera.

De esas cosas que hacemos y poco conocemos su historia, son los pesebres navideños, acontecimiento que ha marcado por generaciones la vida de nosotros los creyentes. Esta representación proviene del latín “praesēpe”, y se le conoce también como belenes o portales; ellos representan la llegada al mundo de Jesús, uno de los acontecimientos más importantes en la historia de la iglesia católica.
El pesebre se lo debemos a Giovanni di Pietro di Bernardone, (n. Asís Italia, 1181 - f. Ibídem, 3 de octubre de 1226), en la navidad de 1223, a quien el mundo lo conoció como San Francisco de Asís, el “santo de la humildad y la pobreza” o “el pobrecillo de Asís”.
Francisco quien dedicó gran parte de su vida a la iglesia Católica y llegó a ser una de las grandes figuras de la espiritualidad en la historia de la cristiandad, a sus 42 años, decide realizar un viaje a “Tierra Santa”, (nombre que se le da a los territorios donde se desarrollaron los acontecimientos de la Biblia, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento), para visitar y conocer los campos de Belén donde nació Jesús.
A su regreso a Asís, se quedó por problemas de salud en Greccio, un pequeño pueblo italiano de la provincia de Rieti. Se sentía débil y enfermo por lo que llegó a pensar que tal vez aquella seria su última navidad en la tierra. Dicha preocupación lo llevó a desear celebrarla de una manera distinta y muy especial. En su mente tenía muy fresco lo apreciado en Belén, e ideó entonces representar en vivo el nacimiento del Niño Jesús en Belén, con gente del pueblo, para recrear lo narrado en el Capítulo 2: 1-20 por el evangelista Lucas.
Francisco en su caminar diario por los alrededores de Greccio, subió a un bosque donde había una pequeña gruta que se le pareció a la cueva donde nació Jesús; averiguó que el dueño de esos terrenos era el señor Juan Velita, y luego de entablar una bonita amistad con él, lo entusiasmó con la idea de hacer ese pesebre en vivo, comunicándole la misma idea al párroco del pueblo, quien quedó encantado. Ambos, Francisco y Juan, se dedicaron a prepararlo en secreto para que fuera una sorpresa para los habitantes del pueblo.
Entre la gente de ese pueblo, Francisco y Juan escogieron algunas personas para que representaran a María , a José, al niño Jesús y a los pastores, haciéndoles prometer que no dirían nada a nadie antes de la navidad. Se ensayó una y otra vez la escenificación del primer Belén, o portal de Belén, como llaman también al Nacimiento del Niño Jesús.

En esa fría y oscura noche de navidad, cuando todas las familias estaban reunidas en sus casas, empezaron a sonar solas las campanas de la iglesia, tocaban y tocaban como si hubiera una celebración especial, pero nadie sabía que estaba pasando.
El párroco del pueblo no había dicho que celebraría la “misa del gallo” la misa de la media noche. Sorprendidos y asustados a la vez, todos los habitantes de Greccio salieron de sus casas para ver que sucedía, entonces vieron a Francisco que desde la montaña los llamaba y les indicaba que subieran donde él estaba. Todos se dirigieron al lugar indicado y cuando llegaron se postraron de rodillas como signo de admiración por lo que estaban viendo, que era como si el tiempo hubiese retrocedido muchos años y se encontraran en Belén, celebrando la primera Navidad de la historia. Pasados unos minutos de esta algarabía el sacerdote párroco de Greccio, celebro la Santa Misa.
Terminada la eucaristía, Francisco, muy emocionado, lleno de amor y alegría les contó a todos los presentes con lujo de detalles la hermosa historia de la Navidad. Les destacó que Jesús “Hijo de Dios” pese a ser el rey del universo, fue enviado a la Tierra a nacer en completa humildad rodeado de la gente más pobre, pero grande en espíritu.
Tres años más tarde, en su pueblo natal, Francisco de Asís murió, dejándonos una inmensa obra para la Iglesia Católica de la Edad Media, como lo fueron, fundar las siguientes Ordenes: la Franciscana, la de las Hermanas Clarisas y la conocida como Orden Seglar; además nos dejó la hermosa costumbre que a todos nos gusta tanto, de hacer el pesebre todos los años.

Desde aquella Navidad de 1223, en Greccio, la tradición del pesebre se expandió rápidamente por toda la cristiandad. Llegando hasta hoy, como una prueba y una señal del amor y de la alegría que genera en nuestros corazones el nacimiento de Jesús. Esta escenificación del “Portal de Belén”, se sigue haciendo en muchas casas de los católicos con esculturas de cerámica, madera y/o cera, recordando la invención franciscana. En el 1465, en París (Francia), se funda la primera fábrica de pesebres navideños.
Concluyo diciendo, que la llegada de la navidad es sin duda, una época marcada de alegría y familiaridad, llena de costumbres y tradiciones, las cuales debemos continuar transmitiendo de generación en generación, ya que estas identifican a la sociedad y ayudan a mantener viva su historia y su herencia cultural.
Puerto Ordaz. 16 de diciembre de 2024
MILTON R. ABREU A.
Coronel Ejército Siglo XX




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