top of page

No. 142 LAS MUJERES DEL LIBERTADOR.

  • milbreuster
  • 21 nov
  • 10 Min. de lectura

Simón Bolívar ganaba sus batallas por parejo, en el  campo del amor y en el de la guerra”.    Jaime Duarte French  (Catedrático universitario, Ex secretario de Educación Nacional de Colombia, Periodista y miembro de la Academia Colombiana de Historia y de la Sociedad Bolivariana)

 

Allá en Santa María (Valera-Trujillo), el caserío de mi niñez y juventud, había un personaje que se crio con nosotros, la muchachada del momento, Francisco Gómez, QEPD.;  era muy dicharachero, tenía una frase para todo. En una oportunidad estábamos hablando de las conquistas, pero de faldas, de nuestro Libertador Simón Bolívar, y de inmediato con ese acento muy trujillano dijo   una de las suyas, que se me quedó grabada; “…vergación vos sabéis que Bolívar era más enamorado que perro chiquito”, a lo que le respondí: “era venezolano”

 

La vida sentimental de Simón Bolívar ha sido ampliamente abordada. Con un justificado orgullo regional, resalto la labor de mi paisano, el académico, abogado y escritor Dr. Ramón Urdaneta Bocanegra, quien en su vasta producción de libros, ensayos y novelas, ahondó en la fogosidad amorosa del prócer en el libro "Los amores de Simón Bolívar y sus hijos secretos". Igualmente, otros eruditos han referido este tema: los colombianos Eduardo Lozano Torres con su libro “Bolívar, mujeriego empedernido”; Raúl Ospino Rangel; el periodista francés Jean Pierre Luneau; el ecuatoriano Manuel Salgado Tamayo y el chileno Fernando Lizama-Murphy.

 

Es imposible ignorar el llamado que hizo desde París el notable escritor y diplomático peruano Ventura García Calderón (1886-1959) al afirmar: "En la admirable tierra de Venezuela, cada cual tiene el deber de escribir alguna página sobre Simón Bolívar". Por lo tanto, acojo su sentencia y me sumo a este deber con las líneas que siguen.

 

Simón Bolívar cuyo nombre de pila era: Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar Palacios, caraqueño; miembro de una familia adinerada y de origen vasco; que tuvo acceso  a una educación de élite y que le dio una posición social económica destacada. En cuanto a su fisonomía fue descrita por sus contemporáneos como un hombre de estatura mediana, de aproximadamente unos 1,67 cm., de cuerpo seco y tez blanca y hermosa de joven, pero que se volvió morena y pálida después de las campañas militares. Tenía la cara ovalada, de ojos vivos y penetrantes, de cabello oscuro, con frente amplia y arrugada, cejas pobladas, nariz larga y una mirada penetrante; en cuanto a su temperamento se le asociaba con una imaginación ardiente. Simón Bolívar no poseía el arquetipo de la belleza clásica, pero su carácter indudablemente pasional se manifestaba en una notoria inclinación hacia las mujeres.

 

Su vida sentimental fue sumamente intensa y reconocida por sus múltiples afectos. A pesar de la amplitud de sus relaciones amorosas, solo María Teresa Rodríguez del Toro y Alayza ostentó el título de su esposa. Este inmenso afán de conquistar mujeres lo mantuvo hasta su temprana muerte a los 47 años de edad, ejemplo de ese fogoso enamoramiento o atracción hacia las mujeres a la que coloquialmente los colombianos denominan la “Traga”, lo vemos  con la bella  María Isabel Rovira y Dávila, esposa del Capitán de Milicias Joaquín de Mier y Benítez, el 6 de diciembre de 1830, ya en el ocaso de su vida, bastante aquejado de su salud, va en el coche con el Capitán de Mier, hacia la Quinta “San Pedro Alejandrino”, en Santa Marta, y al ver tan preciosa mujer, que se acercó a saludarlo, Bolívar le dice en su perfecto francés: “Señora, aún me queda aliento para ir a besar a usted las manos…”, más tarde ese mismo día en los patios de la Quinta donde estaba alojado, escribe su última carta, (aunque su autenticidad ha sido cuestionada por varios historiadores),  y lo hace a Fanny, su “Querida prima”, allí le expresa su soledad y abandono, su miseria al morir a pesar de su gloria, y ve en ella la última ilusión de esperanza, juventud y compañía en espíritu,  en su lecho de muerte.

 

Se han escrito suficientes páginas sobre las féminas que compartieron el lecho con nuestro héroe; casi todos los escritores coinciden, con supuestas evidencias, que fueron muchas a las que Bolívar, como dicen en mi pueblo: “le arrugó las sabanas”, pero son 35 las más sonadas;  mencionaré algunas de ellas:

 

-   Febrero de 1799, en México, Bolívar con apenas 16 años pasa tres semanas de intensos amoríos con María Ignacia Rodríguez de Velasco y Osorio, llamada  “La güera Rodríguez”, de 19 años; quien a pesar de su corta edad era viuda, pues ya por su vida habían pasado tres curas: Beristain, Cardena y Juan Ramírez; además del sabio Alejandro Humboldt y hasta el emperador mexicano Agustín de Iturbide.

-   Mayo de 1802, a los 19 años, se casa en Madrid, España con María Teresa Rodríguez del Toro y Alaiza, de 20 años, ella falleció  ocho meses después del matrimonio.

-  En 1804, en París Fanny du Dervieux, (Fanny Louise Troubiand Aristagueta), de 25 años, mujer emparentada con Bolívar y casada con el Conde de Villars, y Coronel Bartolomé Regis Dervieux du Villas, pasa seis meses de amoríos con Bolívar.

-  A finales del 1804 en París, Francia: Minette o Teresa Lesnais, que convivía con un viejo aristócrata peruano.

-   A finales del 1812, conoce en el pueblo de Salamina (a unos 50 kilómetros de la desembocadura del Río Magdalena), a Anne Lenoit, de 17 años, a quien Bolívar le decía “siempre viva”, de origen francés; con ella convive cinco días de un intenso “amor pasajero”; fue la única amante de Bolívar, que estuvo presente en su sepelio, y en la catedral de Santa Marta, depositó ante el féretro un ramo de la flor llamada: “siempre viva”.

-   El 06 de agosto de 1813, en Caracas, Josefina “Pepita” Machado Madriz, morena de 20 años, su relación duró seis años.

-   En 1815, en Cartagena con su prima Isabel Soublette Jerez, (Hermana de Carlos Soublette), también fue su amante; esta mujer fue descrita como esbelta, rubia, de ojos azules y bellos;  y prima a su vez de su rival Josefina Machado,

-   En 1815, encontrándose exiliado en Kingston, Jamaica, la “morena” dominicana: Julia Cobier, de quien hablaré más abajo.

-   Familia Ibáñez: en Bogotá, Nueva Granada, Bolívar se enamoró de Bernardina Ibáñez,  pero ella estaba comprometida con Ambrosio Plaza y lo rechazó; con quien sí tuvo enredos de alcoba fue con su hermana Nicolasa Ibáñez y con la mamá de ellas: Manuela Jacoba Arias

-   En Pie de Cuesta, cercano a Bucaramanga-Nueva Granada, mantiene un romance con Ana Rosa Mantilla, con la que engendró un hijo de nombre Miguel Simón Camacho,

-   En 1822, en Palmira del Valle, Nueva Granada, con Paulina García, de  20 años, bella y esbelta trigueña.

-   En Cali, Nueva Granada, sostiene un “affaire” amoroso con la llamada “Dama Incógnita”, que lucía tapada como las mujeres de Lima para ocultar su identidad

-   En Quito, el 16 de junio de 1822,  encuentra a doña Manuela Sáenz de Vergara y Aizpuru o Manuela Sáenz de Thorne, de 24 años, (casada), esposa del médico inglés James Thorne, Manuelita pasará con Bolívar el resto de sus días. Famosa, entre otras cosas, por haberle salvado la vida a su amado Simón, por lo menos dos veces: el 10 de agosto de 1828, en un “baile de disfraces” que organizó la municipalidad de Bogotá en honor al Libertador y el 25 de septiembre de 1828, “la noche septembrina” en el Palacio de San Carlos en Bogotá.

-   En 1820 conoce en Guayaquil a Joaquina Garraicoa Llaguno, de 16 años, aunque su amor se intensificó dos años después; “la vasca” o “la Gloriosa”, como la llamaba el Libertador, y que se autonombrara la “Gloriosa Simona Joaquina Trinidad y Bolívar”… con quien supuestamente tuvo un hijo, “retardado mental”, según afirma el historiador Antonio Cacua Prada

-   En 1824 en Ayacucho, Perú,  con Manuelita Madroño, de 18 años, el amorío  sólo duró tres meses, justo el tiempo que duró el paso por la Sierra, entre Guayaquil y Perú; mientras se preparaba la campaña de liberación del Perú.

-   En Arequipa, Perú, el 2 de julio de 1825, tiene un mes de amores con Paula Prado.

-   El 25 de junio de 1825, en Cuzco, Perú, con  Francisca Subiaga Bernales de Gamarra, (casada), esposa del mestizo General Agustín Gamarra, quien fue dos  veces presidente del Perú. Enemigo, comprensible, de Bolívar y quien dijo al referirse al Libertador: “"...Me concedió honores, es cierto, pero me quitó la mujer...".

-   En agosto de 1825, en La Paz, con    la bella paceña Benedicta Nadal, quien en las cartas que le enviaba a Bolívar las encabezaba con: “Tu amante”

-   El 4 de Octubre de 1825, conoce en Potosí a la argentina María Joaquina Costas, de 30 años,  (casada), esposa del General argentino Hilarión de la Quintana, (Tío político del Liberador argentino José de San Martin). Ese día le contó a Bolívar en tono bajo y al oído: “Cuidado te quieren asesinar”, se lo llevó de donde se encontraba Bolívar para un lugar seguro y le relató todo lo de la conspiración para asesinarlo ese día.  Ella salió embarazada de Bolívar y el hijo fue bautizado como José Antonio Costas, a quien  llamó don Pepe.

-   En 1826 en el puerto del Callao, Perú, con  la norteamericana Jeannette Hart, quien viajaba a bordo de la goleta “United States”

 

Dejo hasta aquí dejo la lista ya que como dice el refrán que se le atribuye al Mariscal prusiano Paul von Hindenburg: “Para muestra un botón”.

 

Días atrás vi un video que corrió por las redes sociales, donde el excelente abogado, escritor y catedrático dominicano: Iván Ernesto Gatón Rosa, decía lo siguiente: <…Si bien es cierto que El Libertador fue poco austero en su relación con las féminas, según sus biógrafos, el caso de Julia Cobier tiene una relevancia capital, por lo oportuno de su presencia en un momento aciago de la vida de Bolívar. Sobre este particular, el escritor inglés Robert Harvey, en su obra: Los Libertadores, expresa lo siguiente: “Cayeron uno en brazos del otro por mutua necesidad, como a veces ocurre entre dos personas que han experimentado horrores o desdichas personales. Julia tenía para Bolívar el atractivo añadido de ser rica y, arropado por sus atenciones, Bolívar recobró el ánimo. Le dio por escribir lo que sería su pronunciamiento más famoso, su “Carta de Jamaica”>

 

La profunda impresión que me causó este video me motivó a investigar más a fondo y a elaborar el presente escrito sobre el tema, con un énfasis particular en el papel desempeñado por “la Cobier” la "morenaza" que fue una ayuda de mucho valor para Bolívar durante su permanencia como exiliado en Jamaica.

 

Simón Bolívar,  tras las derrotas militares sufridas en Venezuela en 1814 y por ende, estar en peligro su vida, atiende a una invitación a exiliarse que le hiciera el gobierno de Jamaica. Se embarca en el puerto de Cartagena de Indias, (Nueva Granada) y arriba a Port Royal (Jamaica), el 14  de mayo de 1815, la idea que llevaba en mente era reflexionar sobre los errores cometidos, estudiar las causas de los fracasos de la independencia, vislumbrar los medios para continuar la lucha y trazar un plan para el futuro  independentista.

 

Ese año 1815, en una noche lluviosa kingstoniana, Bolívar asiste junto con su amigo y protector el comerciante escocés Maxwell Hyslop, ex compañero de negocios de su hermano, Juan Vicente Bolívar; a una  reunión de propietarios ingleses que habitaban en la Isla, en la casa de una criolla dominicana a quien familiarmente llamaban "Madame Julienne". Ella de nombre Julia Cobier, de 32 años de edad (igual que Bolívar), trigueña, de una belleza y hermosura sin igual, de cabellera ensortijada color negro “azabache”, de exquisitos modales y de una muy buena educación; también era una de las personas más acaudaladas de la isla. No pasaba desapercibida, era el centro de las miradas de la noche, sobre todo de Bolívar. Así conoció Bolívar a Julia, quien sería una figura decisiva y oportuna en esos momentos cruciales de su vida.

 

Para ese momento Bolívar en Jamaica, se encontraba pasando una situación económica lamentable,  llevaba  una vida casi de mendigo, y espiritualmente estaba destrozado; situación que se ve reflejada en carta que le hiciera a su amigo Maxwell Hyslop; donde en uno de sus párrafos escribe lo siguiente: “…Ya no tengo un duro; he vendido la poca plata que traje.  No me lisonjea otra esperanza que la que me inspira el favor de usted. Si usted no me concede la protección que necesito para conservar mi triste vida, estoy resuelto a no solicitar la  beneficencia de nadie, pues es preferible la muerte a una existencia tan poca honrosa. La generosidad de usted debe ser gratuita, porque me es imposible ofrecer ninguna recompensa, después de haber perdido todo; pero mi gratitud será eterna…”

 

Derrotado y empobrecido  arrendó una casa en Kingston, que no pudo cumplir con el pago del alquiler y se fue a vivir para la habitación que tenía alquilada el Oficial que era su Edecán: Rafael Antonio Páez, en una posada propiedad de Rafael Poysa, ubicada en la esquina de las calles Princess y Tower, allí dormía en la hamaca de su Edecán, mientras conseguía otro sitio para vivir.

 

Julia, esta  dominicana de buena fortuna  y generosa,  ayudó a Simón Bolívar en ese momento de desesperación, ofreciéndole apoyo espiritual y económico; lo acogió y protegió durante un largo tiempo  en la isla,  que le permitió a Bolívar recuperarse anímicamente y escribir su famosa "Carta de Jamaica", el 6 de septiembre de 1815, uno de sus documentos políticos más célebres.

 

La noche del 10 de diciembre de 1815, Bolívar estaba de visita en casa de Julia, mientras tanto el patriota José Félix Amestoy Mayoral, proveedor del Ejército independentista durante la Campaña Admirable, que cumplía tareas de corresponsal de la causa en las Antillas, había ido a visitar a Bolívar antes de continuar su viaje. Al enterarse de que Bolívar ya no regresaría a casa, Amestoy se acostó a dormir en la hamaca en donde solía hacerlo el libertador. A las 11 de la noche, Pio, a quien le decían “Beto”, un joven esclavo liberto de 19 años, que desde niño había acompañado a Bolívar, y que había pasado al servicio del edecán Páez, se acercó a la hamaca y clavó un par de puñaladas en el cuerpo de quien pensó que era su antiguo amo. Bolívar se salvó de ser asesinado pues esa noche estaba en casa de su amante la dominicana  madame Julienne. Al ser arrestado Pio confesó su crimen, pero no develó quién le había pagado para llevarlo a cabo; las autoridades inglesas de la Isla lo condenaron a muerte por ahorcamiento pese al pedido de clemencia que les hiciera Bolívar y fue ejecutado en la plaza pública de Kingston, el 23 de diciembre del mismo año. De las investigaciones posteriores se determinó que quien le había pagado  a Pio  dos mil pesos para que realizara el crimen había sido el Capitán General de Venezuela y Gobernador de Caracas, Salvador de Moxó, nombrado en ese cargo por el General Pablo Morillo.

 

Dejo en suspenso esta fascinante crónica, donde se evidencia que el camino de Bolívar no fue solo el de la pólvora y el sable. El Libertador nos legó la clave: en el torbellino de su breve pero intensa vida, fueron "sus mujeres" quienes representaron sus invaluables "ángeles de la guarda".

ree

 

Puerto Ordaz, 21 de noviembre de 2025

 

MILTON R. ABREU A.      

Coronel Ejército Siglo XX

 

 

 

 

           

 
 
 

Entradas recientes

Ver todo

Comentarios


bottom of page